jueves, 21 de julio de 2016

ECONOMIA COLABORATIVA en Latinoamerica

Según datos del I Informe Economía Colaborativa en América Latina de IE Business School y el Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN), miembro del Grupo BID. que  realizó con la colaboración de más de 100 iniciativas latinoamericanas en este sector económico, Brasil, México y Argentina son los países con mayor número de iniciativas de economía colaborativa en la región de América Latina.


Los emprendedores de la región consideran que el desconocimiento del tipo de negocio por parte de la población (60%), el acceso a financiación (43%) y la desconfianza de los clientes-usuarios (42%) son los mayores desafíos para el desarrollo de estas iniciativas.

A su vez, la mayor parte de iniciativas se relaciona con el alquiler de bienes o servicios, como alternativa a la compra. Por su parte, el transporte compartido o el uso colaborativo de espacios físicos (co-working, alquileres vacacionales) son algunos de los sectores más avanzados.


Más de la mitad de las iniciativas (68%) son aún de tamaño pequeño con menos de 10 empleados.
Cientos de emprendedores están desarrollando proyectos como el diseño de espacios de trabajos compartidos (coworking) o de movilidad (carsharing).

Consumocolabrativo.com


LA AGENCIA EUROPEA

La Comisión Europea (CE) presentó una guía de la economía colaborativa (Shared economy) destinada a las empresas, consumidores y autoridades para ayudar a asegurar el desarrollo equilibrado de este nuevo modelo de negocio, el cual “puede hacer una contribución importante al empleo y al crecimiento en la Unión Europea si se le motiva y desarrolla de una manera responsable”.

Una agenda europea para la economía de colaboración” ofrece una guía sobre cómo la legislación vigente de la Unión Europea (UE) se podría aplicar a este sector dinámico y que está en constante crecimiento, con el objetivo de aclarar las principales dudas que enfrentan los operadores del mercado, así como las autoridades.

La agenda menciona que este tipo de servicios sólo serán acreedores a prohibiciones absolutas como una medida de último recurso, ya que sólo deben ser obligados a obtener autorizaciones de negocio o licencias cuando sea estrictamente necesario para cumplir con los objetivos de interés público pertinentes. En el caso de plataformas de transporte o servicios de alojamiento (como Uber y Airbnb) no deben estar sujetas a dichos requisitos porque actúan como intermediarios entre los consumidores y los que ofrecen el servicio real.

Los proveedores de servicio y plataformas de economía colaborativa tienen que pagar impuestos, incluido el impuesto sobre la renta personal, renta de las sociedades y el IVA.

La guía indica que la Comisión Europea supervisará el entorno regulatorio y el desarrollo económico y de negocios, además de seguir las tendencias en los precios y calidad de los servicios, e identificar posibles obstáculos y problemas que surjan de las regulaciones nacionales divergentes o vacíos informativos. La CE se encuentra evaluando las quejas de Uber contra Francia, Alemania y España.

Las directrices fueron bien recibidas por Airbnb, se trata de “una herramienta valiosa para garantizar un entorno regulador claro, estable y consistente para la economía compartida de toda Europa”.

Uber resaltó que la CE declaro “ la legislación de la UE protege los servicios de economía de colaboración contra las restricciones indebidas, y los Estados deben revisar las regulaciones que socavan el desarrollo de este tipo de negocios”,


LOS MANDOS MEDIOS DESAPARECEN

En las empresas de economia compartida ( Shared economy) los usuarios reemplazan a las gerencias de línea media (supervisión, calidad y logística) como en Uber, Airbnb, TaskRabbit, al calificar con la calidad del servicio brindado por sus proveedores. Los consumidores controlan así los horarios de trabajo, la calidad de servicio y la eligibilidad de los proveedores, según un estudio  para Data & Society Research Institute.


Estas empresas son más eficientes y menos jerárquicas que las tradicionales porque la información la genera el usuario, por este motivo las gerencias que reportan al CEO en la shared economy ahora se enfocan en interpretar la big data y no en la supervisión.

En Cabify  “En lugar de tener 20 supervisores, utilizamos esos recursos para contratar a 3 personas que generan valor a través del análisis de la información de los usuarios”. Solamente en supervisión, bajo este modelo Cabify Perú asegura que ahorra hasta US$600,000 al año.


PickApp, una app local que une a mensajeros independientes con los usuarios, “no tiene un área de control de calidad ni de programación de ruta como las empresas logísticas tradicionales”, destacó Félix Ipanaqué, CEO de la empresa. Los usuarios hacen ese trabajo a través de la app.


Los mandos medios que quedan en estas empresas se dedican hoy a generar valor, que está en la predicción de los patrones de consumo.


IMPACTO EN RETAILS

El modelo de economía colaborativa, donde los internautas pueden acceder a bienes, servicios o información a través de diversas plataformas digitales sin que exista noción de propiedad, tiene un impacto en la ventas al por menor, según un estudio de eMarketer.

El modelo sharing economy ha tenido un crecimiento en Estado Unidos; 51 % de los internautas han participado en el modelo en 2015, afirma un  estudio de Vision Critical y Crowd Companies.


IMPACTO DE ECONOMIA COLABORATIVA

Las plataformas digitales crean emprendimientos  como Uber, Airbnb y CookApp. Sin embargo, el “limbo” legal en la que se desarrollan genera el malestar de los Operadores tradicionales

Transporte:   Uber es uno de los ejemplos: la app que conecta a personas que necesitan viajar con dueños de autos particulares afectó a los taxistas, que la acusan  de competencia desleal (sus viajes son más baratos) y de actuar bajo un “limbo” legal por falta de regulaciones.  En Colombia, MiAguila  es una aplicación por la que las personas pueden dar transporte a sus amigos y conocidos. Los usuarios publican la ruta del trayecto a realizar y los usuarios pueden incorporarse al viaje.

Turismo: Tiene emprendimientos digitales en alojamientos. Hipmunk y Airbnb, son algunos de los sitios favoritos de los viajeros para elegir dónde dormir en cualquier parte del mundo. Esto aceleró el proceso de las agencias de viajes a volcarse al uso de la tecnología para no perder clientes.

Frabricio Di Giambattista, presidente de Fehgra  indicó que esta modalidad de negocio es muy aceptada por el consumidor, y que por eso toma  importancia y empieza a ser considerada. En Europa, “donde más proliferan estas contrataciones, los emprendimientos siguen mutando a pasos agigantados.

Jordi Busquets, presidente de IHRA, la asociación que agrupa a la hotelería y a la gastronomía en el mundo, afirmó que las nuevas tecnologías invadieron la industria de la hospitalidad: “Vimos primero las centrales de reservas, luego los megasistemas de las líneas aéreas”, y esta tendencia “estimuló a los colegas a ceder gradualmente el manejo de sus respectivas ofertas”.

Horacio Méndez Broz, presidente de la operadora de viajes Euro Vip’s, criticó la falta de legislación en la que funcionan: Se basa fundamentalmente en un tema de cubrir una necesidad específica. Es decir, la fórmula sería: Internet, más la herramienta, más la necesidad. Me parece que es algo loable pero siempre y cuando intentemos legislar sobre esto”.

Comida en casa:  BonAppetour es una aplicación que permite dar a conocer la cocina de un país y que conecta a anfitriones -chefs no necesariamente profesionales- y comensales. De esta manera, se arman espacios en ambientes privados donde se puede degustar delicias del país que se trate. En este mismo estilo funciona CookApp, en Buenos Aires. En este caso, cada cocinero que se suma a la plataforma define un menú, fija el precio y la fecha en su casa o de otros.

Hay gente que ofrece el comedor de su casa a personas que quieren tener una experiencia culinaria determinada. Pero enfrente de ese hogar puede haber un restaurante que tiene controles, que alquila un inmueble, que cuenta con empleados en blanco, que soporta inspecciones de bromatología. Es una desventaja total. Y además ¿quién regula esto?. Por otro lado, es positivo porque hay un beneficio económico, en la mayor oferta del producto, y ayuda a un desarrollo sostenible en muchas cosas”, destacó Méndez Broz.

 Alejandro Feraud, dueño y chef de “Alo’s” -que también tuvo su experiencia de utilizar su casa como lugar para cocinar para comensales- dijo que las plataformas digitales dieron inicio al llamado boom de cocina a puerta cerrada.  Sin embargo  hay ciertos riesgos. “A veces desconocés a quién metés a tu casa, más allá que hayan hecho la reserva, y eso puede generar un acto de inseguridad. En un restaurante, hay mucha mejor vigilancia. Además, nuestros alimentos son de calidad y muy controlados, y nunca tuvimos un caso de intoxicación. En lugares que forman parte de una comunidad virtual nadie puede asegurar que eso no suceda, ¿quién se haría cargo si comida en mal estado afecta a la salud de un cliente?”, agregó.



 HOME SHARING - LEGISLACION  

El home-sharing -alojamiento de personas en viviendas de particulares- ya tiene ordenamiento jurpidico en algunos países  con en Francia que comparte con Italia y España el liderazgo europeo en atracción de turistas.

En el año 2014 se aprueba en Francia La Ley ALUR  que ampara el home-sharing, dicha ley clarifica la no necesidad de obtener una autorización previa de un Ayuntamiento en todo el territorio francés en los casos en que el alojamiento se realice en una residencia habitual de una persona. Concretamente la Ley ALUR modifica el Código de Turismo francés, estableciendo:

“Artículo L324-1-1:  Cualquier persona que ofrezca en alquiler un alojamiento amueblado, clasificado o no en consonancia con este Código, debe haber sido previamente en la declaración a la alcaldía del municipio donde se encuentre la vivienda.

La legislación francesa prevé como vivienda habitual (residencia principal) aquella en la que el particular resida como mínimo 8 meses al año.

En agosto de 2015 el Gobierno frances promulga una norma que prevé la recaudación de las tasas turísticas aplicables y otra tasa municipal por parte de las plataformas donde se ofertan las viviendas de los ciudadanos.




EEUU.  ANALIZA REGULARLA

La Comisión Federal de Comercio estadounidense llevó a cabo un taller dedicado al análisis de plataformas peer to peer para considerar la participación del gobierno en la supervisión de este tipo de empresas.  Entre las empresas que se discutieron estuvieron Uber, Airbnb y Postmates.

Acerca del modelo economía colaborativa, Liran Einav, profesor de economía de la Universidad de Stanford dijo que es demasiado pronto para que el gobierno intervenga en esta nueva modalidad, que se debe dejar durante unos años para tener la idea de cómo va a funcional y establecer decisiones.

Uber tuvo aprobación durante este taller, pero se manifestó la importancia de la regulación para garantizar la seguridad de los clientes.

Según eMarketer, los consumidores han encontrado en este nuevo modelo una opción conveniente de intercambio de bienes y servicios a través de diversas plataformas digitales sin que exista noción de propiedad.

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