martes, 1 de noviembre de 2016

KNOWMADS: Los trabajadores del futuro

Los trabajadores del futuro son los  knowmads, un término acuñado por John Moravek en el 2013, el fundador de la plataforma digital Education Futures. Knowmads es un neologismo de know (conocer, saber) y nomad (nómada). Se refiere a un trabajador innovador, imaginativo, creativo, abierto a la colaboración con casi cualquier persona, momento o lugar.

Los Knowmads tienen una clara ventaja competitiva con respecto a otros profesionales. Es el uso que hacen de su conocimiento personal lo que les proporciona libertad de decidir en qué empresas colaborar, cambiando de ambiente de forma constante y adaptándose a nuevos retos y actividades. Por regla general, no les mueve hacer grandes fortunas sino más bien su pasión. Por eso arriesgan. Se sienten cómodos  en el modelo ensayo/error. Suelen ser personas con perfiles transversales, que han pasado por distintas empresas   y esa visión global les permite aportar una visión muy valiosa orientada a la resolución de problemas. La clave es reinventarse. Aprender de forma constante. Y también saben venderse. Buscar conexiones, encontrar sinergias. Estos profesionales se pueden encontrar entre autónomos o freelancers. Van saltando de proyecto en proyecto y cuando no tienen trabajo, descansan o sigue formándose.

Puede ser una vida inestable en un principio, donde buscan diferentes proyectos interesantes hasta que les conozcan y los proyectos llamen a su puerta. Sin duda lo harán. Porque este modelo de profesional es el que están demandando las empresas.


Según estima la periodista Raquel Roca, autora del libro Knowmads, los trabajadores del futuro, en el año 2020 un 45% de los profesionales serán trabajadores del conocimiento y la innovación. Esto se verá acelerado, además, por la “cuarta revolución industrial”, impulsada por internet en la que ciertos sectores ganarán peso y otros desaparecerán. En concreto, hablamos de  la desaparición de cinco millones de empleos entre 2015-2020. Los knowmad a todas luces sobrevivirán y saldrán reforzados porque aportan un valor añadido. El conocimiento es lo único que no puede ser sustituido por máquinas.

Quienes mejor se adaptarán a este entorno laboral cambiante serán quienes adopten cuanto antes una mentalidad Knowmad y que tiene su razón de ser en la innovación y la flexibilidad.

“Un tipo de profesional que supone la evolución –más sofisticada y completa- de casi todos los otros perfiles laborales, como autónomo, freelance, emprendedor o autoempleado, al que se le añade unas características (como soft skills, capacidad de aprendizaje…) que van más mucho allá de un régimen o forma de financiación. Cualquier persona, desde CEO o empresario hasta el empleado de primera línea, puede ser knowmad.Y no es moda pasajera porque va a ser el tipo de profesional que más crezca y se desarrolle en el futuro cercano, básicamente porque es el que reúne todas las condiciones para trabajar con las exigencias que piden los nuevos tiempos, y que por lo tanto también será el que requieran las empresas”, dice Raquel Roca, su autora.

Las características del knowmad son:

- No se limita a una edad determinada.
- Es creativo, innovador y está motivado.
- Es capaz de aplicar  la información y sus  conocimientos en diferentes contextos.
- Tiene gran inventiva, es intuitivos y produce ideas propias.
- No sólo busca acceso la información, la usa de forma abierta y libre.-ende cómo y por qué funcionan las tecnologías digitales.
- Posee competencias para resolver problemas desconocidos en contextos diferentes.
- Comparte (sin importar los límites geográficos).
- Se adapta fácilmente a diferentes contextos y ambientes.
- Es consciente del valor de liberar el acceso a la información.
- Esta atento a los contextos y a la adaptabilidad de la información.
- Destaca por su capacidad para ‘desaprender’ sumando nuevas ideas.
- Es competente para crear redes de conocimiento horizontales.
- Lleva a cabo un aprendizaje permanente y para toda la vida (formal-informal).
- Experimenta constantemente TIC (colaborativas).
- No tiene miedo al fracaso.


LEARNABILITY

Según José Antonio Marina, filósofo y experto en educación, “learnability” es el deseo y la habilidad de aprender rápida y eficazmente. Agunos comienzan a utilizarla como sinónimo de empleabilidad.

Hoy somos cada vez más conscientes de que nada de lo que sabemos hacer hoy probablemente valga mañana, así que comienza a valorarse no solo la capacidad de aprender, sino de hacerlo activamente.

En la sociedad del conocimiento solo sobreviven las personas y empresas que son capaces de evolucionar al menos a la misma velocidad que el entorno, aunque para progresar necesitan hacerlo a un ritmo más rápido. Así que llega el momento de los aprendices versátiles. Para conservar el trabajo será necesaria la formación continua. En caso contrario, nos espera la obsolescencia y la salida del mercado laboral.

Un informe elaborado por el laboratorio de ideas Pew Research Center sobre el futuro del mercado laboral en 2026 concluye que hasta un 30 % de los encuestados considera que ni la educación obligatoria ni la superior “serán capaces de realizar ajustes durante la próxima década para servir a las necesidades empresariales”.

El profesor de la Universidad de Carnegie Mellon Jason Hong, lamenta el hecho de que “no haya ninguna plataforma en la actualidad que pueda formar con éxito a grandes grupos de personas”, así como del alto nivel de abandono o la incapacidad de estos formatos para formar en habilidades blandas (liderazgo, negociación, resolución de conflictos…).

Lo que está claro es que la formación está en cada uno, que debe realizar un proceso continuo de reeducación y aprendizaje por su cuenta, sin que nadie le marque las pautas y sin necesidad de apoyarse en un curso reglado. Porque ya es tan importante lo que sepamos hacer, como la voluntad y la capacidad y tener la dinámica de aprender. La cuestión es que este tipo de aprendizaje requiere de mucha motivación interna y otro tipo de habilidades que a veces cuestan como compartir, contribuir, comunicarse y colaborar en red

Por ello, es necesario poner el énfasis en trabajar sobre los mecanismos de aprendizaje, en aumentar la capacidad de aprender. La inteligencia es una capacidad ampliable y la capacidad de aprender, que depende de factores tanto neurológicos como psicológicos, también debería serlo. Por ello, la actitud es clave porque aumentar la learnability es incrementar el interés por aprender, con una postura activa frente al aprendizaje, que se apoya en la confianza en  la propia capacidad intelectual.

El entorno influye porque el aprendizaje no tiene por qué ser individual ni solitario. Hay contextos que facilitan y estimulan el aprendizaje, mientras que otros lo dificultan y disuaden.

Así que es importante empezar a pensar en situarnos en posiciones que nos permitan desarrollar la flexibilidad, la agilidad mental, la habilidad para extrapolar conocimiento de una situación a otra. Y para romper prejuicios y eliminar todo aquello que nos bloquea para el aprendizaje también es bueno comenzar por desaprender, que no es lo contrario de aprender sino que se refiere al crecimiento a través de la apertura de la mente, el inconformismo, la creatividad… Según la pirámide de Glasser, aprendemos el 10 % de lo que leemos, el 50 % de lo que vemos y oímos y hasta el 70 % de lo que compartimos con otros; y cuando enseñamos nuestro nivel de aprendizaje se dispara hasta el 95%.

Nos toca fomentar la comunidad y el trabajo colaborativo y comenzar a conjugar verbos como demostrar, practicar, organizar, participar, preguntar, relatar, explicar, resumir, estructurar, ilustrar… una lista sin fin de capacidades que están un tanto oxidadas.

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