La conectividad móvil en América Latina alcanzó casi 400 millones de suscriptores (62% de la población) en 2021. Entre aquellos que aún no están en línea, 40 millones (7% de la población) no tienen cobertura, mientras que 190 millones (31%) tienen cobertura pero enfrentan barreras de demanda como la asequibilidad de dispositivos y la falta de habilidades digitales.
El diagnóstico forma parte del reporte ‘Brechas de conectividad en América Latina. Una hoja de ruta para Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica y Ecuador’, publicado en marzo 2023 por la GSMA.
Según el estudio, a diferencia de la rápida evolución de los últimos años, reducir el último tramo de la brecha será cada vez más complejo y requerirá repensar los mecanismos usados hasta ahora.
El análisis pone la lupa sobre la ausencia de mediciones de impacto y la baja tasa de desembolso de la principal herramienta de política pública para cerrar la brecha en los países estudiados: los Fondos de Servicio Universal (FSU). En forma agregada, más del 40% de los fondos en estos mercados no han sido ejecutados. Además, no existen evaluaciones sólidas sobre cuántas personas adicionales se han conectado a partir de los programas en ninguno de los países considerados.
Por otro lado, la financiación de los FSU, exclusivamente cubierta con cargos a los operadores de telecomunicaciones, no refleja la actual cadena de valor de internet. Mientras que los ingresos de los operadores se han reducido en los últimos años, los de los proveedores de servicios digitales -no contribuyentes a los FSU- se han disparado, de modo que capturan la mayor parte de los ingresos generados por la conectividad a internet en la región.
El modelo económico revela que, en este escenario, ningún país logrará la conectividad universal en 2030, persistiendo una brecha de entre el 21% y el 46%. Sin embargo, ciertas mejoras en las condiciones podrían contribuir a impulsar la demanda de servicios y desplazar esta frontera; por ejemplo, una financiación alternativa de los FSU.
La eliminación de los impuestos especiales al sector y del IVA a los dispositivos y planes de internet para los segmentos de menores ingresos también podría ayudar a reducir la brecha entre 6 y 16 puntos porcentuales según el país, sumando un total de 50 millones de personas adicionales. En estas condiciones, la brecha se reduciría a apenas más del 10% en algunos casos, pero tampoco se cerraría por completo.
De acuerdo al estudio, alcanzar la conectividad universal requiere además considerar necesidades y formas de financiamiento adicionales. La brecha de cobertura se focaliza hoy en zonas remotas o de orografía muy compleja, que dificultan un despliegue económico de las redes.
El modelo económico muestra que para alcanzar un 99% de cobertura poblacional con redes 4G se requeriría de entre USD 1.200 (Argentina, Brasil y Colombia) y USD 2.000-3.500 (Costa Rica y Ecuador) de financiación adicional por persona cubierta, según el país analizado.
Cubrir el último 1% de la población requeriría de una financiación aún más elevada, y por ende, potenciales soluciones tecnológicas alternativas.
Finalmente, para acabar con la brecha de uso haría falta también impulsar la demanda a través de programas de capacitación digital y de transferencias cruzadas para cubrir el costo de los dispositivos y servicios para ciudadanos de bajos ingresos. Implicaría un costo estimado de entre USD 50-360 por persona adicional conectada, según el país analizado.
Lucas Gallitto, Director para América Latina, GSMA. indica “La hoja de ruta para alcanzar la conectividad universal varía según el país, pero este estudio demuestra que deberá pasar por un rediseño de los FSU y medidas para impulsar la demanda de servicios. Las políticas que nos trajeron hasta aquí no son las mismas que necesitamos hacia adelante”.
El informe ‘Brechas de conectividad en América Latina. Una hoja de ruta para Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica y Ecuador’ de la GSMA está disponible para descargar en español aquí.
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