miércoles, 3 de enero de 2024

fabricantes de autos tradicionales no comprenden la importancia del software

 Cada día más, el software se está convirtiendo en la parte más importante de un automóvil. Pero los fabricantes tradicionales, sin embargo, no son capaces de entenderlo, y siguen utilizando chips antiquísimos que son incapaces de dar soporte a las nuevas funcionalidades que los vehículos más modernos ofrecen.

Para la automoción tradicional, el software es algo completamente secundario, que generalmente se subcontrata a un tercero, y que no deja de ser un cierto engorro.

La diferencia es prácticamente generacional: directivos que no entienden ni quieren entender absolutamente nada de software, frente a directivos que se sienten mucho más parte de la industria tecnológica que de la automoción como tal.

El software como tal es un entorno complejo y en rápido e imparable desarrollo, mientras que la automoción tradicional es algo ya relativamente sencillo y, sobre todo, mucho más fácil de poner en práctica. A Tesla le llevó muy pocos años aprender a fabricar vehículos de altísima calidad, mientras la industria tradicional lleva ya muchos más intentando entender qué significa el software en un vehículo.

Mientras Tesla y otras compañías han cambiado completamente las reglas, han modificado la cadena de valor, no necesitan prácticamente publicidad ni concesionarios, y fabrican básicamente ordenadores con ruedas, los fabricantes tradicionales siguen atrapados en un modelo completamente obsoleto del que no son capaces de salir. Han cambiado hasta las economías para el cliente, que en cuanto deja de pasar por la gasolinera y por el concesionario pasa a ahorrar tanto dinero, que la idea de que un vehículo eléctrico es caro es ya privativa de quienes no saben matemáticas.

Tesla sigue siendo el absoluto líder tecnológico de la industria, fabrica el automóvil más vendido en el mundo, y los fabricantes tradicionales (y obviamente sus clientes) todavía están luchando por comprender el nuevo mundo que los rodea.



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