Los estándares de la industria se unen para simplificar y acelerar la proliferación de la carga inalámbrica, lo que permitirá poner a prueba esta tecnología de recarga de baterías en aeropuertos, hoteles y otros lugares.
Similar al de la revolución WiFi de 2003 que permitió a las personas conectar sus portátiles a Internet sin necesidad de cables, el objetivo de las nuevas tecnologías de carga inalámbrica es liberar a la gente de la dependencia que tienen de sus cables de alimentación.
En la Feria Internacional de Electrónica de Consumo de 2015 se han fusionado dos grupos de estándares para la tecnología de carga inalámbrica.
La Alianza para la Energía Inalámbrica ( A4WP - Alliance for Wireless Power), la cual da soporte a una tecnología denominada Rezence o resonancia magnética,
y la Alianza para Asuntos Energéticos ( PMA - Power Matters Alliance ) han unido sus fuerzas para ayudar a crear el momento de la carga inalámbrica, algo que la firma de investigación IHS espera que genere unos ingresos de 8,500 millones de dólares en 2018, frente a los 216 millones de 2013.
La energía inalámbrica o resonancia magnética transfiere la electricidad de forma segura entre dos objetos mediante bobinas metálicas. La tecnología de resonancia magnética ofrece flexibilidad posicional, permite cargar a través de la mayoría de los escritorios y puede cargar varios dispositivos de distintos tamaños y niveles de potencia de forma simultánea.
Muy pronto, las estaciones de carga inalámbrica llegarán a ser habituales en aeropuertos, cafeterías, hoteles y otros lugares públicos. La tecnología puede adaptarse fácilmente a las mesas y los mostradores que utilizamos en la actualidad, convirtiéndolos básicamente en puntos de carga inalámbrica.
Las tabletas equipadas con chips Intel también incorporarán esta tecnología a finales del 2015
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