La Web 3.0 es una nueva manera de construir aplicaciones que interactúan con contratos inteligentes en la blockchain pero sus beneficios van mucho más allá.
Antes de la web 3.0, teniamos las web1.0 y la web 2.0
En la década de los 90 's la web 1.0 no era más que texto, enlaces y algunas imágenes donde como usuario hubieras podido solamente consumir información más no participar.
La web 2.0 permitió ser también creadores. Por eso le llamamos la web de lectura y escritura. Sin embargo, la web 2.0 también trajo problemas de privacidad, manipulación y mal uso de los datos ya que a pesar de que participas en estas plataformas no tienes control sobre lo que sucede y no eres realmente dueño o dueña de nada, a veces ni siquiera de tu propio contenido.
En respuesta a estos problemas y gracias a los avances en la criptografía y en la tecnología blockchain, podemos ver el surgimiento de la web 3.0 que es la web de lectura, escritura y propiedad digital.
Finanzas descentralizadas
Gracias a la Web 3.0 puedes utilizar instrumentos financieros sin la necesidad de un banco que controle todas las reglas del juego, permitiendo el acceso a las finanzas descentralizadas (DeFi) a cualquier persona que tenga acceso a Internet.
Tokens no fungibles (NFTs)
Poseer activos digitales es una realidad gracias a los tokens no fungibles (NFTs) donde ahora es posible certificar la autenticidad de un objeto digital único, atribuyéndole escasez y unicidad permitiendo a los usuarios comerciar objetos en los videojuegos fuera de ellos, poseer y rentar terrenos digitales, comerciar con arte digital y poseer certificados digitales luego de completar un curso y muchas otras cosas más que aún están por verse.
Esta tendencia ha llegado incluso a impactar las estructuras organizacionales dando origen a las organizaciones autónomas descentralizadas (DAOs), donde se reemplazan las jerarquías por una toma de decisiones basada en votación y orquestada por medio de tokens y contratos inteligentes. Las DAOs son máquinas de incentivos automatizadas que permiten a sus miembros poseer una parte del poder de votación y del valor de la comunidad acorde con sus contribuciones sin la necesidad de una figura central como la del CEO.
La web 3.0 pretende revolucionar la manera en que experimentamos la Internet y a pesar de que ha evolucionado a pasos agigantados, siguen existiendo muchos retos por resolver.
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